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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo" (Oscar Wilde). "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe" (Severo Ochoa).

lunes, 11 de febrero de 2013

Los misteriosos simios de Bili

En la selva de Bili, localizada al este de la localidad de Bondo, en el norte de la República Democrática del Congo, existen unos extraños simios que siempre han levantado controversia entre la comunidad científica.

En 1898 un oficial de la armada belga regresó a casa con varios cráneos de gorila que había recogido en un área forestal a orillas del río Uele, en el norte de el Congo. Donó esos cráneos al Museo del Congo en Tervueren (Bélgica), los cuales fueron examinados por el conservador del museo, Henri Schouteden. Desde un primer momento le habían llamado la atención por sus diferencias anatómicas con otros cráneos de gorilas así como por su procedencia, aproximadamente a medio camino entre las zonas de distribución geográfica del gorila oriental (Gorilla beringei) y el gorila occidental (Gorilla gorilla), una región en la que en teoría no debería haber gorilas, de hecho nunca se ha recogido ningún testimonio de la presencia de estos animales en la zona hasta nuestros días. Por aquel entonces se reconocía la existencia de una única especie de gorilla (Gorilla gorilla) dividida en 2 subespecies, la oriental y la occidental. Schouteden decidió clasificar los cráneos como pertenecientes a una nueva subespecie: Gorilla gorilla uellensis. El primero en cuestionar esta clasificación fue el profesor Colin Groves, el cual afirmó después de examinar los cráneos en 1970 que eran indistinguibles de los del gorila occidental de tierras bajas. En 1996 el fotógrafo de la naturaleza y conservacionista Karl Ammann visitó la región con la intención de encontrar gorilas, pero lo que encontró fue un cráneo de las mismas dimensiones que el de un chimpancé pero con una cresta que recordaba al cráneo de un gorila. Asimismo recogió otra serie de pruebas de la presencia de estos grandes simios, como excrementos o unas huellas incluso más grandes que las de los gorilas. Ammann volvió a visitar la zona con un grupo de investigadores en el año 2000. No encontraron a los simios, pero encontraron una especie de nidos o refugios construídos en el suelo y que son más típicos de los gorilas que de los chimpancés. Por aquellos años varios investigadores de prestigio lanzaron su propia expedición a la zona en busca de "los simios de Bili". Tales investigadores incluían por ejemplo a la doctora Shelly Williams, del Instituto Jane Goodall de Maryland. El doctor Esteban Sarmiento, del Museo de Historia Natural de Nueva York. Christophe Boesch, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig...Y algunos otros científicos interesados en resolver el misterio.

Tanto el análisis de los pelos encontrados como las huellas indicaban que pertenecían a chimpancés de gran tamaño, y no a gorilas. Parecía tratarse de una población de chimpancés de un tamaño bastante mayor de lo habitual para esta especie (una fotografía de un cazador mostró un ejemplar de 1,80 metros de altura) y que además mostraban comportamientos parecidos a los de los gorilas.

Fotografía de un simio de Bili tomada en una expedición al África central en 1910/1911. Shukernature.com.

Los habitantes locales hablaban de dos grupos diferentes de estos simios: 1) los "bateadores de árboles", los cuales escalaban los árboles más altos para ponerse a salvo y morían fácilmente con el veneno de las flechas de los cazadores y 2) los "mataleones", que rara vez suben a los árboles, son más grandes y oscuros y no se ven afectados por el veneno con que los cazadores locales impregnan sus flechas. Este tipo combina su tamaño con una gran ferocidad, ya que se aseguraba que eran capaces de combatir a grandes felinos como leones y leopardos y de esta manera no necesitaban refugiarse en los árboles pudiendo mantenerse más tiempo recorriendo el suelo del bosque.

Dos cazadores locales muestran un chimpancé de Bili abatido. Factzoo.com.


La primera científica en encontrarse con estos grandes simios fue la doctora Shelly Williams, especialista en comportamiento de los primates. Ella y un grupo de investigadores estaban escuchando a una manada de estos simios que se encontraba a unos 10 metros de distancia cuando de repente uno de ellos salió de entre la maleza corriendo hacia ella y en el último momento decidió no atacarla y dar la vuelta, como si sólo fuese una advertencia. La doctora Williams llegó a afirmar que podría tratarse incluso de un híbrido entre el chimpancé y el gorila, no en vano, ambas especies son lo suficientemente parecidas a nivel genético como para engendrar descendencia viable. A pesar de esto no se conocen casos de hibridación entre estos 2 animales.

Imagen de un simio de Bili tomada por una cámara trampa (propiedad de Karl Ammann). Parascientifica.com.


La anatomía facial de los simios de Bili es más parecida a la de los chimpancés que a la de los gorilas, a pesar de que la cresta sagital encontrada en algunos cráneos recuerda al cráneo del gorila. Las muestras de pelo recogidas de los nidos a ras de suelo han demostrado contener un ADN mitocondrial similar al de los chimpancés y el análisis del contenido en fruta de los excrementos también apoya la hipótesis de que se trata de un chimpancé, a pesar de que los excrementos en sí son parecidos a los del gorila.

A mediados de 2006 British Science Weekly informó de una expedición llevada a cabo por Cleve Hicks y sus colegas de la Universidad de Amsterdam. La expedición había durado 1 año y en ella consiguieron observar a las criaturas durante un total de 20 horas. Hicks informó de que habían encontrado una gran comunidad de estos simios al noroeste de Bili. Este grupo mostraba la peculiaridad de que sus miembros no escapaban al ver a los humanos, sino que mostraban curiosidad por ellos rodeándolos y no se mostraban agresivos. El científico insistió en que no hay prácticamente evidencias de que sean más agresivos que otros chimpancés.

Las muestras de ADN recuperado de los excrementos de estos animales en la expedición de Hicks sirvieron para clasificarlos dentro de la subespecie oriental del chimpancé común (Pan troglodytes schweinfurthii), Giglioli,1872. No obstante, la existencia de esta subespecie está puesta en entredicho por algunos autores. Algunos consideran que es la misma que la subespecie central (P.t.troglodytes) basándose en estudios de ADN mitocondrial (Gonder et al., 2006). Otros autores piensan que las diferencias entre poblaciones de chimpancés son demasiado pequeñas como para hablar de subespecies diferentes, basándose para tal afirmación en análisis del ADN nuclear así como en las diferencias anatómicas y comportamentales encontradas (Fischer et al., 2006).

En este vídeo de una entrevista en el canal CNN a Shelly Williams (sin audio) pueden verse algunas imágenes de estos animales.



Presumiblemente, el aislamiento de sus poblaciones y la falta de contacto con los demás miembros de su misma subespecie han hecho que los chimpancés de Bili adquiriesen unas características anatómicas y de comportamiento considerablemente diferentes a sus congéneres, originándose sin embargo muy pocos cambios a nivel genético.

Algunos enlaces relacionados:

http://www.factzoo.com/mammals/bili-ape-chimpanzee-or-gorila.html

Noticia en "El Mundo.es" del hallazgo de un híbrido entre gorila y chimpancé

http://otrafrontera.blogspot.com.es/2011/12/nuevos-simios-africanos.html

http://edition.cnn.com/2003/TECH/science/08/08/coolsc.mysteryape/

http://karlammann.com/bondo.html

Misteriosos simios gigantes

http://en.wikipedia.org/wiki/Bondo,_Democratic_Republic_of_the_Congo

http://karlshuker.blogspot.com.es/2013/02/the-bili-bondo-apes-unmasking-congos.html




sábado, 26 de enero de 2013

Panteras negras

Lo que conocemos por "pantera negra" es una variante melánica de diferentes especies de felinos. Las dos especies que muestran melanismo con mayor frecuencia son el jaguar (Panthera onca) oriundo de América, y el leopardo (Panthera pardus), oriundo de África y Asia. Son menos conocidos casos de ejemplares con esta característica en otros felinos, en los que se da muy rara vez este fenómeno, como por ejemplo en el tigre o el jaguarundi.

En el siguiente vídeo (en inglés) se muestran imágenes de individuos melánicos de diferentes especies de felinos:


Los ejemplares con melanismo contienen una cantidad de melanina (pigmento responsable del color negro) mucho mayor que aquellos que poseen un pelaje de color normal. Esta cantidad de melanina les confiere un color negro o castaño muy oscuro uniforme en todo el cuerpo, a pesar de lo cual se pueden distinguir las características rosetas oscuras en su piel observándolos muy atentamente. Se piensa que el melanismo puede  conferir a estos animales una ventaja selectiva en regiones en las que la cantidad de luz es baja, como pueden ser los densos bosques tropicales, por eso esta coloración se da con mayor frecuencia en los ejemplares que viven en este tipo de hábitats. También se ha sugerido recientemente que el melanismo puede estar ligado a mutaciones beneficiosas en el sistema inmune de estos animales (Sunquist, 2007).

Sin embargo el melanismo no se produce de igual manera en jaguares y en leopardos. En el jaguar está producido por un gen dominante, por lo tanto dos jaguares negros pueden tener cachorros tanto negros como de coloración normal, pero dos jaguares de coloración normal sólo pueden tener cachorros de color normal. El gen no es completamente dominante, ya que los jaguares con dos copias del alelo son más oscuros que aquellos que sólo poseen una copia, los cuales no tienen la parte trasera del cuerpo completamente negra.

Jaguar melánico. Cryptomundo.com.

Por el contrario, el melanismo en leopardos está producido por un alelo recesivo. Los leopardos melánicos son la forma más común de pantera negra en cautividad y han sido criados selectivamente en zoos, atracciones circenses y otros tipos de eventos en los que se exhiben animales salvajes. En libertad son abundantes en las selvas más densas, especialmente en las del sureste asiático, y no tanto en el África tropical. En un estudio realizado en la península de Malasia utilizando cámaras sensibles al movimiento se tomaron 445 fotos de leopardos melánicos frente a tan sólo 29 del morfotipo normal. Estos resultados evidencian una abundancia mucho mayor de leopardos melánicos que del morfotipo normal en esta región y podría ser que el alelo del melanismo esté próximo a fijarse en esta población de leopardos, dando lugar a una población en la que los leopardos de coloración normal fuesen eliminados por la selección natural (Kawanishi et al., 2010).

Leopardo melánico. Wikipedia.org.

Dentro de las distintas subespecies de leopardo, la que suele presentar más ejemplares melánicos es la subespecie de Java (Panthera pardus melas), Cuvier, 1809. Esta subespecie fue reconocida en base a marcadores moleculares por Miththapala y colaboradores (1996) y por Uphyrkina y colaboradores (2001). Esto indica que llevan separados de los leopardos del resto de Asia durante cientos de miles de años, evolucionando de manera separada, dando lugar a un gran número de ejemplares melánicos bien adaptados a la caza en las densas y oscuras selvas de la isla. Sin embargo, esta subespecie está catalogada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) dentro de la categoría de peligro crítico de extinción. El número de efectivos de este leopardo no se conoce bien, pero se piensa que sobreviven menos de 250 adultos, posiblemente menos de 100, y la tendencia de la población es a decrecer debido a la pérdida de su hábitat, la caza furtiva y la escasez de sus presas (Ario y Sunarto, 2007).

Leopardo de Java melánico captado por una cámara trampa. Ruffordsmallgrants.org

Como ya se ha dicho, los casos de melanismo en otras especies salvajes de felinos son mucho menos frecuentes y es mucho más difícil encontrar pruebas de su existencia. No se conoce actualmente por ejemplo  ningún tigre melánico, aunque hay testimonios que afirman que el "Ringling Brothers Circus" de los Estados Unidos poseía un ejemplar en los años 70.

Imagen generada por ordenador del aspecto que debe tener un tigre melánico.  Son visibles sus características rayas. Shukernature.com.

Los testimonios acerca de pumas negros son cuestionados y no están aceptados como totalmente fiables por la comunidad científica. Se habla de un puma melánico abatido en 1843 en Brasil, pero aparte del testimonio no existe ninguna prueba que pueda verificar que se trataba de un puma. Algunos expertos piensan que podría tratarse de un jaguar. En su obra "The Puma: legendary lion of the Americas" (1987), J.B. Tinsley  publica una foto en blanco y negro de 1959 en la que supuestamente se ve un puma melánico abatido por un hombre llamado Miguel Ruiz Herrero en la provincia de Guanacaste (Costa Rica). Al tratarse de una foto en blanco y negro es difícil apreciar el color real del animal, por lo que esta foto no es aceptada unánimemente como prueba de la existencia de pumas negros.

Supuesto puma melánico cazado en Costa Rica. Shukernature.com.

En el siguiente vídeo se pueden comparar los 2 morfotipos del jaguar, el normal y el melánico:




Enlaces relacionados:

Vídeo de un jaguar negro en su hábitat natural

Galería de imágenes del leopardo de Java

Leopardo de Java en animalesextincion.es

Leopardo de Java en Wikipedia

Leopardo de Java en IUCN Red List

Galería de fotos de panteras negras

http://blackpantheranimal.com/

Testimonios sobre avistamientos de tigres negros (en inglés).

Las panteras en cryptomundo.com

http://karlshuker.blogspot.com.es/2012/08/the-truth-about-black-pumas-separating.html

http://karlshuker.blogspot.com.es/2012/06/black-lions-manipulation-melanism-and.html

http://karlshuker.blogspot.com.es/search/label/black%20tiger





lunes, 14 de enero de 2013

El leopardo del Amur

El leopardo del Amur (Panthera pardus orientalis), Schlegel, 1857, es la subespecie de leopardo más escasa y amenazada del mundo. Su estatus es de "peligro crítico" (CR) según IUCN Red List.

El leopardo (Panthera pardus), Linnaeus, 1758, es el más pequeño de los 4 grandes felinos, detrás del tigre, el león y el jaguar. A su vez, es la especie más versátil de los grandes gatos, ocupando hábitats muy variados (desde las selvas tropicales hasta verdaderos desiertos) y ocupando un extenso área de distribución geográfica que abarca buena parte de África y de Asia, aunque las poblaciones asiáticas se encuentran por lo general muy fragmentadas y es en toda la mitad sur del continente africano donde se da una mayor densidad de este felino.

De acuerdo con análisis genéticos se diferencian 9 subespecies de leopardo (Miththapala et al., 1996; Uphyrkina et al., 2001), siendo el leopardo africano la subespecie más común y mejor conocida:

1) P.p. pardus (África).
2) P.p. nimr (Arabia).
3) P.p. saxicolor (Asia central).
4) P.p. melas (isla de Java).
5) P.p. kotiya (Sri Lanka).
6) P.p. fusca (subcontinente indio).
7) P.p. delacourii (sudeste de Asia hasta el sur de China).
8) P.p. japonensis (norte de China).
9) P.p. orientalis (extremo oriental de Rusia, península de Corea y noreste de China).

El reconocimiento de las subespecies de Java y Arabia ha sido realizado a partir de tamaños de muestra muy pequeños y es provisional. Basándose en caracteres morfológicos puede ser reconocida la subespecie P.p. tulliana en el oeste de Turquía y P.p. sindica en Pakistán y posiblemente partes de Afganistán e Irán (Khorozyan et al., 2006), sin embargo no hay consenso acerca de estas subespecies y están sometidas a discusión.

Leopardo de Amur en el zoo de Praga. Autor: Ondrej Zicha. Encyclopedia of Life.

 También llamado Leopardo de Extremo Oriente, el leopardo del Amur se distribuía antiguamente por la cuenca del río del mismo nombre, las montañas del noreste de China y la península de Corea. Hoy en día sobrevive sólo una población aislada en la reserva siberiana de Sijote-Alin, aunque se piensa que pueden sobrevivir unos pocos individuos en la provincia china de Jilin (noreste del país). Su área de distribución se estima en sólo 2.500 km ² (Pikunov et al., 2000), ya que entre 1970 y 1983 perdieron el 80% de su territorio. En Corea del Norte se sospecha que pueden quedar unos pocos individuos en la zona fronteriza con Siberia y China, y en Corea del Sur el último registro de un leopardo data de 1969, cuando un ejemplar fue capturado en las laderas del Monte Odo.
De hecho, la mayor parte de ejemplares de este leopardo hoy en día vive en cautividad, ya que se estima que entre 100 y 200 ejemplares viven en zoológicos de Europa y Estados Unidos, algunos de ellos formando parte de un programa de cría en cautividad para su posterior reintroducción en medio salvaje.

Distribución geográfica del leopardo del Amur. Altaconservation.org.

El leopardo del Amur habita en cualquier área que le ofrece una cobertura razonable dentro de los bosques templados (Macdonald, 2001).

El último censo de la subespecie (2007) arrojó números bastante similares a los de los censos de 2000 y 2003, con un total de entre 25 y 34 individuos viviendo en el extremo oriental de Siberia. Estos números indican que cualquier variación podría conducir a la subespecie definitivamente a la extinción. Se ha calculado que serían necesarios al menos 100 leopardos en la zona para conseguir una población viable.

El leopardo del Amur ha sido sistemáticamente cazado en todo su área de distribución debido a su pelaje y al uso de sus huesos por la medicina tradicional china. Las poblaciones de los ungulados que forman una buena parte de la dieta de este animal también han sido diezmadas considerablemente, por lo que los leopardos se han visto obligados a cazar ganado doméstico, lo que ha incitado a su persecución por parte de los granjeros. El pequeño tamaño de la población que sobrevive hoy en día hace que los individuos tengan una variación genética muy baja, lo cual es un problema añadido, ya que en estas condiciones la subespecie es vulnerable a cualquier cambio, como por ejemplo una epidemia o un incendio forestal mayor de lo habitual. De hecho, se ha descubierto que esta subespecie tiene los niveles más bajos de variación genética de todas las subespecies de leopardo (Uphyrkina et al., 2002). La caza furtiva sigue siendo una amenaza en Rusia y el desarrollo económico en la región también amenaza a este animal en forma de construcción de nuevos oleoductos por ejemplo.

Leopardo del Amur en el zoo de Philadelphia. Fotógrafo: Art G. Encyclopedia of  Life.
El leopardo del Amur se distingue de otras subespecies por el color de su pelaje, particularmente pálido y con grandes rosetas ampliamente espaciadas. Este pelaje es más grueso que el de otros leopardos como adaptación a los rigores del clima siberiano, llegando a alcanzar en invierno 7 centímetros de grosor.
El peso de los machos oscila entre 32 y 48 kilos, mientras que las hembras pesan de 25 a 43 kilogramos (IUCN Cat Specialist Group, 2002).

En cuanto a su comportamiento, los leopardos son animales predominantemente solitarios y activos sobre todo durante la noche. Ocupan grandes territorios que se superponen unos a otros y que varían en extensión dependiendo de la densidad de presas (Macdonald, 2001). El leopardo del Amur se alimenta principalmente de liebres (Lepus spp.), corzos (Capreolus capreolus) y el ciervo sika (Cervus nippon).




Los esfuerzos para salvar al leopardo del Amur parece que empiezan a dar sus frutos, ya que su población parece haber aumentado ligeramente en los últimos años. Organizaciones No Gubernamentales como "Phoenix", apoyada por fondos de la "Tigris Foundation", "AMUR" y la Sociedad Zoológica de Londres están llevando a cabo patrullas contra la caza furtiva, acciones de lucha contra los incendios, así como proporcionando fondos de compensación para las pérdidas de ganado a causa de este leopardo (Miller, 2005). La Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje (WCS) realiza una supervisión de la población junto a científicos rusos y un área en la provicia china de Jilin ha sido destinada recientemente a la creación de un Parque Nacional para salvaguardar la población remanente en este lugar (Miller, 2005). Además, el zoo de Moscú y la Sociedad Zoológica de Londres colaboran para llevar a cabo un programa de cría en cautividad y posterior reposición de ejemplares en su medio natural.

Algunos enlaces relacionados:

Leopardo del Amur en IUCN Red List

http://es.wikipedia.org/wiki/Leopardo_del_Amur

Encyclopedia of Life

Noticia de un leopardo del Amur abatido a disparos

Noticia sobre el nacimiento de cachorros en el zoo de Tallin (Estonia)

http://wwf.panda.org/what_we_do/endangered_species/amur_leopard2/

Vídeo sobre el leopardo del Amur en Arkive.org



miércoles, 2 de enero de 2013

La extinción del baiji

El Baiji, delfín del río Yangtze o delfín de río chino (Lipotes vexillifer), Miller, 1918, es una de las 4 especies de delfines que habitan exclusivamente aguas dulces, junto al delfín del río Ganges, el delfín del río Indo y el delfín del Amazonas. Hay otras 2 especies de delfines que pueden ser encontrados tanto en aguas dulces como en agua salada (el Tucuxi de Sudamérica y el delfín del Irrawaddy), además de la marsopa sin aleta, muy escasa y que al igual que el Baiji habita aguas chinas.

El Baiji es seguramente el cetáceo más amenazado del mundo. Está catalogado como especie en peligro crítico (CR) por la IUCN debido a que corre un elevado riesgo de extinguirse en libertad, tanto que muy probablemente ya esté extinto. El último avistamiento documentado totalmente fiable (basado en una fotografía) tuvo lugar en 2002, y el último varamiento confirmado en 2001 (Turvey et al.). La primera estimación del número de ejemplares de esta especie basada en datos de estudios cuantitativos fue realizada por Zhou en 1982. Estimó la población en unos 400 individuos. Diferentes estudios llevados a cabo en los años posteriores llevaron a la conclusión de que a principios de los años 90 la población total de estos animales era de solamente alrededor de 100 individuos en su área de distribución histórica, la cual comprende unos 1.700 kilómetros lineales del río Yangtze (Zhou et al., 1998). En un recuento llevado a cabo en noviembre de 1997 tan sólo pudieron ser contados 13 delfines. Informes de principios de la década de 2000 sugieren que quedaban sólo "unas pocas docenas" (Zhou, 2002) y "muy probablemente menos de 100" (Reeves et al., 2003). En noviembre y diciembre de 2006 un amplio estudio visual y acústico no pudo encontrar ni un sólo Baiji en el río Yangtze. Dos buques de investigación cubrieron el área de distribución del Baiji desde Yichang a Shangai tanto en dirección ascendente como descendente. Además se utilizó también un barco que remolcaba un hidrófono para intentar escuchar los silbidos del Baiji. Aunque los lagos Dongting y Poyang no fueron cubiertos por el estudio de 2006, ningún Baiji ha sido visto en ellos por los investigadores que estudian la marsopa sin aleta en estos lagos desde el año 2000.
Desde el año 2004 han sido reportados unos pocos avistamientos del Baiji en su área de distribución, pero ninguno de ellos había sido documentado con fotografías o evidencias físicas hasta que en agosto de 2007 un ejemplar fue avistado por un vecino de la provincia china de Anhui. Las imágenes fueron revisadas por el Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias China que ha confirmado su autenticidad. A pesar de ello, tras el fracaso de la expedición de 2006 se tiende a hablar de especie extinta o funcionalmente extinta.

Ejemplar de Baiji. Encyclopedia of Life.

El Baiji goza de plena protección jurídica en todo su área de distribución. Desde finales de los años 80, la principal estrategia para la conservación del Baiji ha sido intentar capturar el mayor número de ejemplares posible para introducirlos en las reservas semi-naturales de Tongling y Shishou. Esta estrategia se basaba en la expectativa de que una población reproductora ex-situ, preferiblemente mantenida en 2 ó más sitios, proporcionaría el excedente de animales necesarios para la repoblación o restablecimiento de la población silvestre y no debería ser vista como un fin en sí misma (Perrin y Brownell, 1989; Ralls, 1989; Perrin, 1999). Sin embargo, la expectativa de que un número suficientemente grande de Baiji podría ser capturado y mantenido en semi-libertad para constituir una población viable ha demostrado ser poco realista. Las expediciones para capturar ejemplares vivos no han tenido el éxito esperado, y se ha producido la muerte prematura de ejemplares llevados a las reservas anteriormente citadas. El Baiji más longevo en cautividad del que se tiene constancia fue un macho rescatado en 1980 de las artes de pesca y que vivió hasta su muerte en 2002 en un tanque del delfinario del Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias de China en Wuhan. Actualmente no se conserva ningún Baiji en delfinarios o reservas semi-naturales.

Sello postal de la República Popular China dedicado al baiji (fuente).

La especie es endémica del río Yangtze de China. Algunos ejemplares fueron vistos en el río Fuchun, inmediatamente al sur del Yangtze, durante la gran inundación de 1955, pero desapareció de esa zona después de la construcción de una central hidroeléctrica en 1957 (Zhou, 2002). También habitó históricamente los lagos Dongting y Poyang, ambos masas de agua adyacentes al río Yangtze (Zhou et al., 1977; Chen et al., 1980). El límite de su área de distribución por el oeste es la Presa de las Tres Gargantas. Fueron observados una vez en la desembocadura del río muy cerca de Shangai (Zhou y Li, 1989).


Mapa que muestra los esfuerzos para la conservación del Baiji a lo largo de su área de distribución. Petermaas.nl.

En este enlace puede verse un detallado mapa de su área de distribución:

http://maps.iucnredlist.org/map.html?id=12119

El cuerpo del Baiji es robusto y del tamaño aproximado de un hombre adulto. Tiene los ojos pequeños (al igual que otros delfines de río) y el hocico largo y estrecho. Su color es gris azulado en el dorso y blanco grisáceo en el vientre. La aleta dorsal es triangular y baja y las aletas pectorales son anchas y redondeadas.

En cuanto a su biología, es más activo del atardecer al amanecer, es decir, es principalmente nocturno. Nada sólo o en pequeños grupos de 3-4 ejemplares. El grupo de mayor tamaño que ha sido observado estaba compuesto por 16 individuos. Es una especie tranquila, reservada y difícil de aproximar. Comparte hábitat con la marsopa sin aleta, el otro único cetáceo de la zona, que aunque también está en peligro de extinción cuenta con un mayor número de ejemplares que el Baiji y es más fácil de aproximar, por lo que se la puede ver con más facilidad. Las hembras de Baiji tienden a ser más grandes que los machos, alcanzando los 253 cm frente a los 229 cm del macho.

La dieta de este delfín está compuesta por una amplia variedad de peces de diferentes tamaños y especies, incluyendo tanto peces de superficie como especies de fondo (Chen et al., 1997). Usan sus largos hocicos para buscar comida en los fondos fangosos, para lo cual realizan inmersiones cortas, de 10-20 segundos. Poseen un sentido de la vista poco desarrollado, pero se valen de su altamente desarrollada facultad de ecolocalización para encontrar la comida. El único predador conocido de la especie es el hombre.

La principal causa del declive de esta especie en años recientes ha sido la pesca ilegal utilizando electricidad, que se piensa que es causante del 40% de las muertes de estos animales. También era frecuente que el Baiji quedase atrapado en las redes de pesca. Las explosiones de ingeniería provocadas para mantener abiertos los canales de navegación del río son otra fuente de mortalidad. Los pesticidas derramados por buques pueden causar elevadas mortalidades. Además, 15.6 billones de metros cúbicos de aguas residuales (el 80% sin tratar) son vertidas todos los años al río Yangtze. El elevado volumen de tráfico en el río, la contaminación acústica, o el impacto causado en el ecosistema por la modificación de los márgenes del río con el fin de prevenir inundaciones, son otras de las amenazas para la especie. Especial daño ha hecho la construcción de presas, las cuales reducen la disponibilidad de peces, efecto que es potenciado por la sobrepesca y la contaminación. Debe destacarse la Presa de las Tres Gargantas, la más grande del mundo, que probablemente afecta al "stock" de peces y a los patrones de inundación natural. Por último, el pequeño tamaño de las poblaciones de Baiji podría causar problemas derivados de una baja eficacia biológica y una baja capacidad de adaptación a cambios en el ecosistema.

El Baiji podría ser el primer cetáceo extinto en tiempos modernos a causa de las actividades humanas, sin embargo, a pesar de estar declarado en peligro crítico (posiblemente extinto) por la IUCN, no se puede afirmar con toda seguridad su desaparición definitiva hasta que se lleve a cabo un estudio más exhaustivo (IUCN Red List, 2011).

Links relacionados:

Aquí puede verse el vídeo de la noticia sobre el avistamiento de 2007

El Baiji en Encyclopedia of Life

El Baiji en Wikipedia

El Baiji en Arkive

El Baiji en IUCN Red List

Delfines de río

Información sobre el delfín de río chino

Vídeo sobre el Baiji

miércoles, 19 de diciembre de 2012

El oso malayo

El Oso de Sol u Oso Malayo (Helarctos malayanus), Raffles, 1821, es la especie de menor tamaño y la menos estudiada de las 8 especies actuales de Úrsidos. Tan sólo mide entre 120 y 150 cm de la cabeza a la cola y 70 cm de altura en los hombros, con un peso de entre 35 y 80 kilogramos. Su cola es pequeña -entre 3 y 7 cm- y los machos son entre un 10% y un 20% más grandes que las hembras. Su pelaje suele ser negro pero puede variar de marrón rojizo a gris. Poseen una característica mancha en el pecho que varía bastante de unos ejemplares a otros, pudiendo ser de color blanco, amarillento, moteada o incluso estar ausente en algunos de ellos. Esta marca se supone que puede exagerar el tamaño de los osos durante los combates. El hocico varía entre el color grisáceo y el anaranjado, siendo grueso y relativamente corto, lo que junto al considerable tamaño de la cabeza le da a este oso un aspecto perruno. Las orejas son pequeñas y redondeadas, la frente puede aparecer arrugada y la lengua destaca por su longitud, siendo la más larga de todas las especies de osos.


Osos malayos en un zoo del norte de Sumatra (Indonesia). Encyclopedia of Life.

Esta lengua tan larga es usada para alimentarse de termitas, hormigas, larvas de escarabajos, larvas de abejas, miel y una larga variedad de tipos de frutos, especialmente higos (Fredriksson, Witch y Trisno, 2006). Más ocasionalmente caza pequeños roedores, aves y lagartos (Wong, Servheen y Ambu, 2002). Posee pies extraordinariamente grandes en relación a su tamaño corporal, con largas y curvas garras que le ayudan a trepar a los árboles y en la excavación en busca de insectos. Durante los periodos de fructificación masiva la fruta constituye la mayor parte de su alimentación proporcionándole la oportunidad de almacenar reservas de energía para los posteriores periodos de baja fructificación (Fredriksson, Danielsen y Swenson, 2007). Es una especie principalmente diurna, aunque en áreas con presencia humana tienen más actividad nocturna (Wong, Servheen y Ambu, 2004; Fredriksson, 2008). Al contrario que otros osos, el oso malayo no hiberna, ya que la comida se encuentra disponible en su hábitat durante todo el año.

El área de distribución del oso malayo se extiende por el sudeste asiático, desde las islas indonesias de Borneo y Sumatra hasta el borde más nororiental de India y Bangla Desh. Es bastante poco común en el borde occidental de su área de distribución - la provincia china de Yunnan, el sureste del Tíbet, el noreste de India y Bangla Desh - (Chauhan, 2006; Gong y Harris, 2006). Esta baja abundancia parecía darse también en tiempos históricos (Higgins, 1932), por lo que parece ser un gradiente natural no relacionado con la explotación humana. Las mayores amenazas para esta especie son la pérdida masiva de su hábitat como consecuencia de la actividad humana y la caza furtiva para comerciar con diferentes partes de su cuerpo usadas en la medicina tradicional china. Se sabe que la población global del oso malayo está decreciendo, y el estatus de la especie es de vulnerable (VU) (IUCN Red List, 2008). Sin embargo, no existe ningún estudio realmente fiable acerca del número de ejemplares de la especie, y los intentos de recuento a partir de datos derivados de avistamientos y estudios basados en encuestas han dado lugar a estimaciones poco fiables (Garshelis, 2002). Augeri (2005) intentó hacer una estimación basada en el trampeo fotográfico en áreas protegidas de Indonesia para intentar correlacionar el área de ocupación obtenida con el tamaño de la población.


Área de distribución del oso malayo. Marrón= presencia actual; Negro= extinto; Gris oscuro= presencia dudosa. Wikipedia.org.


Los osos malayos de Borneo son lo suficientemente diferentes del resto de individuos de esta especie como para ser considerados una subespecie diferenciada (Helarctos malayanus euryspilus) de la forma típica (H. m. malayanus) (Meijaard, 2004).
El hábitat del oso malayo es el bosque tropical. Se distinguen 2 categorías ecológicamente distintas de bosque tropical dentro de su área de distribución, que se diferencian en el clima, fenología y composición florística. El bosque siempreverde tropical es su hábitat principal en Sumatra, Borneo y Malasia peninsular. Es un hábitat no estacional que recibe elevadas cantidades de precipitaciones repartidas de manera relativamente uniforme a lo largo del año. Por el contrario, los osos malayos del interior continental asiático habitan ecosistemas con una larga estación seca (3 a 7 meses). En estos lugares su área de distribución se solapa con la del oso negro asiático (Ursus thibetanus). No hay evidencia de que los osos malayos puedan sobrevivir en áreas deforestadas o agrícolas en ausencia de bosque cercano (Augeri, 2005). Pueden vivir desde el nivel del mar hasta los 2.100 metros de altitud.

Oso de sol mostrando su larga lengua. bearsoftheworld.net.

Se sabe muy poco acerca de la estructura social y la reproducción de este tipo de osos. A excepción de las hembras con sus crías son generalmente solitarios. Es posible que se congreguen para alimentarse de árboles con frutos grandes, pero parece ser un comportamiento poco frecuente. No parecen tener una temporada de cría definida y suelen dar a luz una sola cría (más raramente dos; Schwarzenberger et al., 2004). Los enemigos más comunes del oso malayo son el tigre, el leopardo, el oso negro asiático e incluso la pitón reticulada. En el siguiente enlace puede leerse (en inglés) un informe muy completo acerca del ataque de una pitón reticulada a un oso malayo (incluyendo fotografías):

http://rmbr.nus.edu.sg/rbz/biblio/53/53rbz165-168.pdf

Pocas acciones han sido dirigidas a la conservación del oso malayo, sobre todo por el poco conocimiento de su biología. La especie ha sido incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) que prohíbe su comercio internacional. Además es parte de un programa internacional de cría en cautividad y cuenta con un Programa de Supervivencia de Especies de acuerdo con la "American Zoo and Aquarium Association". 



Enlaces relacionados:

http://www.osopedia.com/oso-malayo/

http://www.bearsoftheworld.net/sun_bears.asp

El oso malayo en Encyclopedia of life

el oso malayo en IUCN Red List

El oso malayo en Wikipedia

Galería con 8 vídeos del oso malayo

Galería de fotos del oso malayo

sábado, 15 de diciembre de 2012

El descubrimiento del okapi

El okapi (Okapia johnstoni), P.L. Sclater, 1901, es la menos conocida de las 2 especies que componen la familia de los Jiráfidos. De hecho, la mayor parte de la información que se tiene acerca de este animal proviene de los ejemplares en cautividad. Habita las selvas tropicales del norte de la República Democrática del Congo (selvas del Ituri) en alturas entre 500 y 1.500 metros a ambas orillas del río Congo y probablemente su área de distribución se extienda también por buena parte del centro del país. En Uganda habitó antiguamente el bosque de Semliki, pero no se sabe a ciencia cierta si aún sobrevive en esta zona (East, 1999). Frecuentan las riberas de los ríos y lechos de arroyos y en ocasiones pueden aventurarse en áreas de crecimiento de bosque secundario (Bodmer, 1992). Pueden habitar tanto el bosque lluvioso como el bosque seco.

Okapi en el "Miami Metro Zoo". Wikipedia.org.
Quizás el hecho que más llama la atención acerca del okapi es que no fue conocido por la ciencia occidental hasta 1901. Como suele suceder en estos casos, los habitantes nativos de su área de distribución (los pigmeos en este caso) conocían al animal desde mucho tiempo antes, ya que era una de sus presas habituales, pensando que era un tipo de caballo debido a su aspecto. Incluso una antigua imagen tallada del okapi fue encontrada en Egipto, por lo que se piensa que los antiguos egipcios ya conocían a este animal. Durante bastantes años antes de su descubrimiento para la ciencia, los europeos en África habían estado escuchando hablar de un animal parecido a un asno al que dieron el nombre de "unicornio africano". Ya hacia 1890 el explorador de el Congo Henry Morton Stanley envió los primeros informes sobre el okapi al mundo occidental, unas anotaciones en su cuaderno de exploración que sugerían que el okapi era un tipo de asno africano que se alimentaba de hojas. En 1901, el explorador y administrador colonial Sir Harry Johnston emprendió una búsqueda del okapi por las selvas del Congo. Johnston consiguió hacerse con unos trozos de piel rayada de okapi que eran guardados por los nativos y los envió al Museo de Historia Natural de Londres, tras lo cual los científicos se apresuraron a anunciar el hallazgo de una nueva especie de cebra. Posteriormente Johnston organizaría una expedición a la selva de Ituri en compañía de los pigmeos para tratar de atrapar un ejemplar de la especie. Consiguió un esqueleto y una piel completos del animal, tras lo cual afirmó que se trataba de un pariente de las jirafas. Según él, el okapi había encontrado un refugio seguro en los bosques del Congo, en los cuales había conseguido sobrevivir durante mucho tiempo. Los expertos piensan que el okapi tiene un aspecto muy parecido al de los primeros jiráfidos del Mioceno. El nombre con el que fue bautizada la especie (Okapia johnstoni) combina la palabra utilizada por los pigmeos para designar al animal (o´api) con el apellido de su descubridor para la ciencia occidental (Sir Harry Johnston). Inmediatamente después de su descubrimiento, zoos de todo el mundo intentaron hacerse con ejemplares de okapi. Estos intentos iniciales estuvieron acompañados de elevadas tasas de mortalidad debido a los rigores de viajar miles de kilómetros en barco y tren. Más recientemente, el traslado en avión ha demostrado ser más eficaz. Hoy en día muchos zoos albergan y crían okapis, y mucha gente los visita todos los años para ver a estos animales.


Área de distribución del okapi. Wikipedia.org.

Como ya ha sido mencionado, el aspecto del okapi recuerda bastante al de un caballo. Sin embargo, algo que le diferencia de los équidos es su cuello, mucho más largo que el de éstos, aunque notablemente más corto que el de su pariente la jirafa (Giraffa camelopardalis). El color principal del okapi es el marrón, con canela claro o gris en las mejillas, la garganta y el pecho. Las hembras pueden tener una tonalidad ligeramente rojiza. La parte superior de las extremidades traseras y delanteras están surcadas por rayas grisáceas horizontales, mientras que la parte inferior de las extremidades está cubierta por unos peculiares "calcetines". El patrón de coloración único de este animal le permite camuflarse entre la vegetación de fondo y las hojas marchitas de las selvas en las que vive (Grzimek, 1990). Los machos poseen un par de pequeños cuernos (no más de 15 cm de longitud) orientados "hacia atrás" y cubiertos de pelo corto. La longitud media del cuerpo es de 2,5 metros, y la altura en la cruz media es de 1,5 m. Las hembras son 4,2 cm más altas que los machos en promedio. El peso oscila entre los 200 y los 300 kilogramos. Tanto los machos como las hembras poseen glándulas interdigitales en los pies delanteros y traseros (Bodmer, 1992). Destacan además sus grandes orejas móviles y la larga y oscura lengua muy parecida a la de la jirafa que utilizan tanto en su alimentación como para asearse. Otra característica que comparte con la jirafa es su modo de caminar. Ambos avanzan moviendo simultáneamente la pierna delantera y trasera del mismo lado del cuerpo en lugar de mover alternativamente las piernas de uno y otro lado del cuerpo como hacen otros ungulados (Dagg, 1960).



El okapi es un animal solitario que ocasionalmente puede vivir en pareja o en pequeños grupos familiares. En un principio se pensó que eran animales nocturnos pero ahora se sabe que son principalmente diurnos. Se alimentan de hojas de más de 100 especies vegetales, hierbas, frutos, helechos y hongos. Algunas de las plantas de las que se alimentan se sabe que son venenosas para el ser humano. Se ha sugerido que es por esto por lo que los okapis comen también carbón de leña de árboles quemados, como se pone de manifiesto por su estiércol. El carbón vegetal es un excelente antídoto contra las toxinas.

Parece ser que no son animales territoriales, ya que no defienden activamente sus territorios, los cuales además se solapan (Lindsey, 2005). Para localizar una pareja durante la época de reproducción utilizan su bien desarrollado sentido del olfato. Las hembras paren una única cría entre agosto y octubre tras una gestación de entre 435 y 445 días (Hanak y Mazak, 1991). La hembra madura a los 2 años de edad, mientras que el macho tarda más tiempo. La esperanza de vida ronda los 30 años, algunos ejemplares han llegado a vivir 33 años en cautividad. Su único depredador conocido es el leopardo.

La población total del okapi es estimada en 10.000-35.000 ejemplares. Su estado es de "casi amenazado" debido a su restringido área de distribución (IUCN Red List, 2008). Sus poblaciones parecen mantenerse estables actualmente (IUCN Red List, 2010). Sin embargo, sus mayores amenazas siguen siendo la pérdida de su hábitat para uso agrícola y el crecimiento de los asentamientos humanos (IUCN Red List, 2010). Debido a esto, probablemente serían necesarios estudios más detallados para conocer mejor los requisitos de conservación de esta especie. Hay una reserva natural para la conservación del okapi  en las selvas del Ituri. En algunas zonas sigue llevándose a cabo su caza.

Macho de okapi junto a un pigmeo en el Congo Belga (1915). (C) American Museum of Natural History.

Por último, destacar como curiosidad que en junio de 2006 un equipo de rastreadores encontró evidencias de la presencia del okapi en el Parque Nacional Virunga, en el este del Congo. Descubrieron 17 huellas además de otros restos. No se encontraban signos del okapi en esta zona desde 1959.


Enlaces recomendados:

El okapi en Encyclopedia of Life

Animal Diversity Web

El okapi en la Lista Roja de la IUCN

http://es.wikipedia.org/wiki/Okapia_johnstoni

http://www.arkive.org/okapi/okapia-johnstoni/

http://www.ultimateungulate.com/Artiodactyla/Okapia_johnstoni.html


miércoles, 5 de diciembre de 2012

El kouprey

El kouprey -toro del bosque en khmer (idioma de Camboya)-, toro cuprey o buey gris (Bos sauveli), Urbain, 1937, es una especie de bóvido originario del sudeste asiático. Está considerado en peligro crítico de extinción por la IUCN, de hecho es una de las especies animales más amenazadas y misteriosas del mundo, tanto que podría encontrarse incluso extinto en la actualidad.

Ejemplar de kouprey. wildcattleconservation.org.

La especie no fue conocida por la ciencia occidental hasta 1937, año en que fue nombrada e incluída en la clasificación zoológica, pero se tenían noticias del animal desde hacía varias décadas. El primero en informar sobre la existencia del kouprey probablemente fue Campbell en 1860, seguido por Dufossé en 1918 y Vittoz en 1933. Algunas pruebas genéticas proponen que el kouprey puede haber existido bajo domesticación en Camboya mediante hibridación con otros bueyes (Hassanin et al., 2006). Esto ha llevado a pensar a algunos autores que podría no tratarse de una especie verdadera. Sin embargo, en base a la descripción de un cráneo fósil de kouprey procedente del noreste de Tailandia (Vithayanon y Bhumpakphan, 2004), la mayoría de autores piensan ahora que el kouprey es una especie válida y no el resultado de hibridación. Dicho cráneo está fechado entre el Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano, lo cual sería inconsistente con la hipótesis de que el kouprey procede de la hibridación entre el banteng (Bos javanicus) y el zebú doméstico (Bos primigenius indicus) (Galbreath et al., 2007).

El área de distribución original del kouprey se extiende (o se extendía) por Camboya, Vietnam, Laos y Tailandia, aunque en estos 3 últimos países se encuentra extinto según la IUCN (2002). Restos fósiles indican que llegó a extenderse hasta el centro de China. Habitan colinas bajas prefiriendo bosques abiertos de hoja caduca, pero también se puede encontrar en praderas, pastizales arbolados y bosque monzónico cerrado.

Área de distribución del kouprey. Ultimateungulate.com. Adaptado de Corbet y Hill, 1992.

En este enlace puede verse un mapa más detallado de su área de distribución:

http://maps.iucnredlist.org/map.html?id=2890

El número de ejemplares de esta especie que sobreviven actualmente es desconocido. En todo caso, se sabe que es un número muy reducido y posiblemente la especie se encuentre desaparecida a día de hoy. En 1938 se estimaba la existencia de 800 individuos (Sauvel, 1949), 500 individuos en 1952 (Pfeffer y Kim-San, 1967) y tan sólo 200 individuos en 1964 (Pfeffer y Kim-San, 1967). Wharton en 1957 ya sugirió que el kouprey se encontraba en serio peligro de extinción debido a su restringido área de distribución y su hábitat altamente específico. Durante los años 60 del siglo XX fueron llevadas a cabo varias expediciones en el sudeste asiático. Wharton lideró una expedición para capturar al kouprey entre 1963 y 1964 para su cría ex-situ. Su equipo fue capaz de capturar a 5 individuos, pero 2 de ellos murieron y los otros 3 se escaparon. Pfeffer realizó 5 expediciones a Indochina (cada una de 3 meses de duración) durante las cuales recogió información sobre el kouprey y tomó la que probablemente sea la mejor fotografía del animal (Pfeffer, 1969; Kemf, 1988). Una manada de 3 koupreys fue vista en la frontera entre Camboya y Tailandia en 1982. Un equipo procedente de el primer país trató de darles alcance pero tuvieron que desistir en sus intenciones cuando uno de los miembros de dicho equipo fue herido por la explosión de una mina antipersona. En Enero de 1988 fue llevado a cabo un seminario internacional en Vietnam en cuyos informes se sugería que quedaban 27 koupreys en Vietnam, posiblemente entre 40 y 100 en Laos y más de 200 en Camboya, con la posible presencia estacional de unos pocos animales en Tailandia. Sin embargo, estas cifras eran poco más que meras suposiciones y más tarde se comprobó que eran demasiado optimistas, especialmente para Laos y Vietnam. Durante los años 90 fueron llevados a cabo varios estudios en el área de distribución original del kouprey, incluyendo rastreos tanto a pie como desde el aire. Desafortunadamente no fue recogida ninguna prueba de la existencia de la especie, por lo que algunos autores piensan que el kouprey quedó totalmente extinto a finales de la década de los 80. Hendrix propuso que en 1995 tan sólo sobrevivían unas pocas docenas de individuos.


Cazador sentado sobre un kouprey abatido en Camboya. (C) James Mellon.

A pesar de todo lo dicho anteriormente, aún hoy en día aparecen ocasionalmente informes de la venta de cuernos y cráneos de kouprey en algunos mercados del sureste asiático, lo que lleva a muchos a pensar que la especie sigue existiendo. Además de la caza intensiva debida a la utilización de sus cuernos por la medicina tradicional china, la pérdida de su hábitat como resultado de la agricultura, la introducción de ciertas enfermedades por parte del ganado doméstico e incluso las minas antipersona sembradas en su área de distribución durante conflictos bélicos, también pueden ser causas del declive de esta especie.


Una de las pocas fotos existentes del kouprey. Cryptomundo.com.

En cuanto a sus características anatómicas y morfológicas, por tratarse de un bóvido, el kouprey es un animal de gran tamaño. Su cuerpo alcanza una longitud de 220 cm, la altura en la cruz puede llegar a 190 cm y su peso oscila entre 700 y 900 kilogramos. El cuerpo es muy estrecho, las piernas son largas y son características su joroba y la "papada" presente en los machos, la cual puede llegar a tocar el suelo. Los cuernos de los machos pueden alcanzar 80 cm y son parecidos a los de un toro doméstico, mientras que los de la hembra alcanzan como mucho la mitad de esa longitud y se encuentran retorcidos en sus puntas formando una especie de espiral (puede observarse en la fotografía anterior). La cola es considerablemente más larga que en sus parientes el gaur o el banteng y más espesa en su terminación. Los terneros nacen de color marrón y van tornándose de color gris con los años. El vientre y las piernas son más claros. Cuando los machos son maduros su coloración vuelve a cambiar a negro o marrón muy oscuro.

Se sabe que los koupreys viajan distancias de hasta 15 kilómetros cada noche. Durante los días calurosos de la estación seca es frecuente que descansen tumbados en la espesura del bosque, pero reducen este hábito en la estación de las lluvias debido a que son molestados por las moscas. Las manadas se dividen y reagrupan constantemente, mezclándose a menudo con bantengs y búfalos acuáticos. Los patrones estacionales de migración no se han estudiado a fondo, pero hay indicios de que los rebaños se desplazan a mayor altitud durante la temporada de lluvias. Las hembras y terneros suelen formar pequeñas manadas y separadamente los machos maduros forman manadas de solteros. Durante la estación seca los sexos se mezclan formando manadas de hasta 20 individuos. La dieta de este animal se compone de pastos de diferente longitud y juncos principalmente.

Esta es la única filmación conocida del kouprey:



Nace sólo una cría por parto y la longevidad de este animal se estima en 20 años. El apareamiento se produce en Abril y los terneros nacen entre Diciembre y Febrero. Las hembras abandonan la manada para dar a luz, volviendo a ella aproximadamente 1 mes después del nacimiento del pequeño kouprey.

Sus depredadores naturales más importantes son probablemente el tigre, el leopardo y el cuón.

Algunos enlaces de interés: